LA SENSUALIDAD ES CUESTIÓN DE PERSONALIDAD
- Lorena Luján
- 9 jun 2018
- 3 Min. de lectura
Una mujer sensual se desliga del aspecto físico para mostrar su lado más sexy, la seguridad en ella misma. Es la que tiene una personalidad definida y está completamente empoderada.

Casi siempre se le atribuye la sexualidad al hombre y la sensualidad a la mujer pero en pleno siglo XXI, donde la mayoría de mujeres lucha por la paridad de los derechos, en todos los sentidos. La mujer del nuevo siglo sabe manejar ambas armas, es una mujer sensual y sexual en igual medida.
No hablaremos de los iconos de sensualidad tan estereotipados como: Cleopatra, Mónica Bellucci, pasando por Sophia Loren o Marilyn Monroe. En esta ocasión hablamos con mujeres comunes como tú y yo. María (21 años), encargada del Marketing de moda en una conocida agencia de Madrid nos cuenta qué es lo que la hace ver sensual: “Exploto mi sensualidad, no solo físicamente. Me gusta que cuando me visto se me noten las curvas que tengo, no por el hecho de atraer a nadie sino porque me siento bien así. Mi personalidad es el rasgo más sensual que tengo, para ser joven, tengo las ideas muy claras, unos valores definidos casi imposible de cambiar… Yo creo que eso llama la atención de mí. De alguna forma hace que me vea sensual, no es normal que las chicas tengan las cosas tan claras, pueden ser más inseguras, no digo que yo no lo sea. Es una parte de mí bastante potencial y que suelo explotar para ser sensual”.
Una mujer sensual provoca distintas reacciones que están asociadas con la sexualidad. Todos nuestros sentidos están conectados a ese placer determinado que se manifiesta a través de lo que vemos, sentimos, olemos y tocamos. Las jóvenes explotan algo más que la apariencia para verse sensuales. Aprenden a valorarse y cultivan lo mejor de ellas sin esperar gustar a nadie. La sensualidad es el espejo de la aceptación personal. Le preguntamos a Arantxa (30 años) profesora de un instituto de la capital española sobre cómo explota su sensualidad: “Caminando, no camino siempre de esa misma forma. Busco verme sensual cuando me retoco el maquillaje de los labios y comiendo. Cuando estás en una terraza, por ejemplo, y ves a alguien que te gusta comes de una determinada manera por si en algún momento te pilla comiendo. Lo que más atrae de mí a los hombres y mujeres es que cuando hablo me miran siempre a la boca, los labios… Lo que hago cuando veo que estoy siendo observada por alguien que sé que le gusto es ignorarle, a la vez que le estoy ignorando sé que es cuando la otra persona va a estar más pendiente de mí”.
Verse como un reto es la clave que tienen muchas mujeres para sentirse más sensuales pero existen otras características intrínsecas que forman parte de la sensualidad femenina: Si eres una mujer segura de lo que dices y fiel a lo que piensas ese poder de convicción se transmitirá a los demás. Una mayor autoestima genera un feedback que retroalimenta las relaciones sociales. No solo es cuestión de mujeres solteras, saber explotar tu sensualidad en pareja puede generar menos conflictos y mejorar la convivencia.
Dejemos de lado la idea de los tacones de 20 centímetros, que no están mal, pero centrémonos en la raíz de ser sexy. Una mujer que controla todo lo que se mueve a su alrededor, una mujer inteligente y sobre todo una mujer astuta. La sensualidad es cuestión de personalidad.
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